PIEDRAS

PRECIOSAS

DIAMANTE

Aunque resulte paradójico el simple carbón es la materia que da lugar a una de las piedras preciosas más maravillosas y complejas que existen en la naturaleza.
El mismo material del que están hechos los lápices a mina -pero bajo formidables presiones -entre los 130 y 200 kilómetros de profundidad bajo tierra- y soportando a su vez enormes temperaturas -3.700 grados centígrados- durante millones de años; este es el gran secreto de tan maravillosa piedra. Por consiguiente, y debido a estos factores, todos los diamantes entre sí son dispares y diferentes; cada diamante es una gema o piedra preciosa única.
La naturaleza ha tenido que trabajar millones de años para crear un diamante. Si nos acogemos a cálculos de geólogos, físicos y químicos, la madre naturaleza creó el primer diamante hace dos mil quinientos millones de años y se calcula que el último hace “sólo” cuarenta y cinco millones.

RUBÍ

Su denominación proviene del latín ruber, que significa rojo. Su principal característica es el intenso y brillante color rojizo. Color que obtiene debido a los metales que lo componen, el hierro y el cromo. Pertenece a la familia del corindón –igual que el zafiro- y tiene una dureza de 9 en la escala de Mohs. Es la piedra de mayor dureza después del diamante.
Cuando se extrae, el rubí presenta un aspecto parco y tosco, pero, una vez tallados adoptan ese exclusivo tono radiante que los hace majestuosos. Solamente entre el 1% y el 5% de los rubíes extraídos de la naturaleza son seleccionados para su uso en joyería.

ESMERALDA

La esmeralda ha sido siempre muy valorada porque es la única piedra de intenso color verde cristalina, transparente. Pertenece a la familia del Berilio y tiene una dureza de 8 en la escala de Mohs.
Únicamente el 30% de las esmeraldas extraídas en las minas son talladas para su comercialización en joyería, y de éstas sólo en el dos por ciento de ellas no se aprecian inclusiones a simple vista. De ahí, su rareza y alto valor de cotización en el mercado.

ZAFIRO AZUL

Como el rubí, pertenece a la familia del Corindón. Su característica distintiva es su intenso color azul; aunque existen zafiros de otras tonalidades, el más valorado y apreciado es azul.Tiene una dureza de 9 en la escala de Mohs. Su rareza aumenta a diario, ya que muchos de los yacimientos de zafiros se encuentran agotados, en la actualidad, y los que se descubren no pueden cubrir la demanda mundial.